El gran tema de grado Décimo es Proyecto Personal de Vida. Para este tercer periodo, veremos a Jesús como modelo de Proyecto, es decir, proyecto de amor y servicio. Amar y servir, han sido durante siglos, las insignias, los principios de vida de miles de personas que han consagrado su vida a Dios. Amar y servir, pueden ser también para nosotros, los puntos de partida de esa búsqueda de felicidad, de libertad.
Cada acto de amor que realizamos, es un punto que vamos añadiendo a nuestra felicidad. Por eso, al estudiar y comprender la forma en que Jesús amó, la manera de realizar Jesús su proyecto, descubriremos el sentido, el por qué y el para qué de mis acciones y decisiones "buenas".
Si te has dado cuenta, para el mundo Jesús ha sido (y lo es), signo de contradicción. Me explico, tanto es amado como odiado, defendido como acusado, liberador como opresor; muchos lo siguen a medias (o, ¿lo seguimos?), muchos, quieren ser creyentes y llevar una vida medio cristiana. y ¿por qué pasa esto? Porque el modelo de vida que Jesús propone es exigente, no imposible; exigente.
Exigente porque nos pide vivir sin egoísmo y desde muy pequeños hemos aprendido a serlo.
Exigente porque nos pide ceñirnos a los Mandamientos (el Mandamiento del Amor), y por todas partes nos dicen que "eso ya pasó de moda".
Exigente porque nos dice que las cosas materiales son un medio para realizarnos y que no debemos apegarnos a ellas y el mundo todos los días nos dice lo contrario.
Exigente porque su proyecto tuvo la cruz como el punto más alto de "su carrera", no la fama, no el éxito; la cruz, y humanamente, a ninguno de nosotros nos llama la atención el sufrimiento; ninguno de nosotros tiene dentro de sus planes, el dolor y la cruz. Humanamente no, pero precisamente Jesús nos ha dicho que "si nacimos del agua y del espíritu; entonces somos del espíritu". Tal vez, ahí es donde empieza a tener sentido el proyecto de Jesús. Cuando experimentamos que somos más que unos cuantos kilos de carne, huesos y masa encefálica (¡guacala!).
Por último, te invito a que te hagas un propósito. Descubrir lo que Dios quiere para ti. No esperes a que pasen los años y te encuentres de repente en el sin sentido y la desesperación; con dinero pero sin felicidad, con una carrera exitosa pero vacío, con una familia pero sin amor. El tiempo es ahora. "Joven, a ti te digo: ¡levántate! Sé feliz, libre, auténtico.
"Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva; tarde te amé. Te buscaba fuera; pero estabas tan dentro de mi" (San Agustín).
(DESCARGA AQUÍ) ERE 10° - Periodo 3 (Parte 2)
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